miércoles, 23 de octubre de 2013
VICTORIA EN LA BATALLA II
Día 54
Versículo a Memorizar:
"...orando en todo tiempo con toda oración y súplica en el Espíritu, y velando en ello con toda perseverancia y súplica por todos los santos." Efesios 6:18.
Algo en que Pensar:
En este capítulo el Apóstol Pablo nos amonesta a que tomemos toda la armadura de Dios, con el fin de hacerle frente a las fuerzas del infierno.
No cabe duda que nuestra lucha no es contra fuerzas físicas, sino contra poderes invisibles, los cuales han definido claramente niveles de autoridad dentro de la esfera real.
Sin embargo, Pablo no solamente nos advierte de una estructura bien definida en el mundo espiritual, sino que nos insta también a tomar toda la armadura de Dios para que mantengamos una posición de combate contra esta estructura satánica.
El Apóstol finaliza recalcando que debemos orar "en todo tiempo con toda oración y súplica en el Espíritu".
La oración no es tanto un arma, ni aun una parte de la armadura, como el medio por el cual entramos a la batalla misma y realizamos el propósito para el cual hemos sido armados. La oración es la guerra espiritual en sí misma, con la palabra de Dios como nuestra arma principal.
Preparemonos para la batalla, pongamonos la armadura de Dios y estemos en TODO TIEMPO guerreando en el espíritu. Ya el Señor nos ha dado la victoria.
Pastora Ninoska Eurea
Versículo a Memorizar:
"...orando en todo tiempo con toda oración y súplica en el Espíritu, y velando en ello con toda perseverancia y súplica por todos los santos." Efesios 6:18.
Algo en que Pensar:
En este capítulo el Apóstol Pablo nos amonesta a que tomemos toda la armadura de Dios, con el fin de hacerle frente a las fuerzas del infierno.
No cabe duda que nuestra lucha no es contra fuerzas físicas, sino contra poderes invisibles, los cuales han definido claramente niveles de autoridad dentro de la esfera real.
Sin embargo, Pablo no solamente nos advierte de una estructura bien definida en el mundo espiritual, sino que nos insta también a tomar toda la armadura de Dios para que mantengamos una posición de combate contra esta estructura satánica.
El Apóstol finaliza recalcando que debemos orar "en todo tiempo con toda oración y súplica en el Espíritu".
La oración no es tanto un arma, ni aun una parte de la armadura, como el medio por el cual entramos a la batalla misma y realizamos el propósito para el cual hemos sido armados. La oración es la guerra espiritual en sí misma, con la palabra de Dios como nuestra arma principal.
Preparemonos para la batalla, pongamonos la armadura de Dios y estemos en TODO TIEMPO guerreando en el espíritu. Ya el Señor nos ha dado la victoria.
Pastora Ninoska Eurea
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